Con el verano, llegan los días de descanso de un gran número de personas, que deciden aprovechar su tiempo libre para hacer planes al aire libre y que durante el año probablemente no hacen. Entre ellos, destaca el salir a comer o a cenar, aprovechando el sol y las altas temperaturas, protagonistas indiscutibles de esta temporada tan ansiada.
Pero, con el calor, también llega la pérdida del apetito. Aunque esto suele ocurrir, sobre todo, en personas de edad más avanzada y en niños, nadie está exento de estos síntomas. ¿Por qué calor y pérdida del apetito van de la mano? ¿A qué se deben estos cambios en nuestros hábitos? Si no sabes por qué se reduce la pérdida del apetito con el calor, quieres saber cuáles son sus causas y buscas aprender algunos trucos para combatir este síntoma, ¡quédate que en este post te lo contamos!
¿Por qué se reduce la pérdida del apetito con el calor?
Calor y pérdida del apetito solo significan una cosa, ha llegado la época estival. El verano cuenta con numerosos beneficios claros en nuestro cuerpo y también en nuestro estado de ánimo, pero es cierto que no todo es positivo durante estos meses.
Con el aumento de las temperaturas, la pérdida del apetito es más que evidente y esta puede significar una ingesta insuficiente de nutrientes necesarios para que nuestro organismo funcione como debería. Dada esta posibilidad, es necesario conocer las causas y/o factores que influyen directamente en nuestro sistema y ocasionan esta falta de hambre:
- Las altas temperaturas hacen que nuestro cuerpo necesite menos energía para regular nuestra temperatura corporal como requiere durante el invierno.
- Durante los meses más calurosos del año, nuestro cuerpo suda más, por lo que ingerimos más líquidos, que nos llenan el estómago más rápido. Por eso, nuestro cuerpo deja de enviar señales de hambre al cerebro a través de la hormona grelina y tenemos menos sensación de hambre.
- En verano tendemos a salir más, a hacer más planes al aire libre y estamos menos pendientes de nuestra alimentación. Rompemos la rutina y los hábitos de todo el año, pues aunque no siempre comamos mal cuando comemos fuera, es una época en la que se consumen comidas altas en calorías y alcohol. De modo que la pérdida del apetito es normal.
Aunque los hábitos puedan cambiar, no significa que deba ser así siempre, pues es importante intentar mantener una alimentación sana independientemente de la época del año. Las vacaciones están para disfrutarlas y romper la rutina es necesario para descansar y desconectar, pero no debes caer en la trampa de que estos días están para descuidarte. Recuerda que es fundamental alimentarse sano porque la recompensa es aún mejor: tener más salud. ¡Disfruta del verano y hazlo siempre cuidando de tu cuerpo!