El acné adulto es una condición cutánea común que afecta a hombres y mujeres en su edad adulta. Aunque se asocia comúnmente con la adolescencia, muchas personas continúan lidiando con el acné incluso después de haber superado esa etapa de la vida.
Afortunadamente, hay varias formas efectivas de tratarlo. A continuación, se presentan algunas recomendaciones sobre cómo lidiar con él desde la farmacia. Sigue leyendo este post y las conocerás.
En qué consiste el acné adulto
El acné adulto es una condición cutánea caracterizada por la aparición de granos, espinillas, puntos negros y, en ocasiones, quistes en la piel de personas adultas. A diferencia del acné adolescente, que suele afectar principalmente a adolescentes debido a los cambios hormonales durante la pubertad, el acné adulto puede persistir más allá de los 25 años e incluso desarrollarse en personas que nunca antes habían experimentado problemas de piel.
Tratamiento del acné adulto
El tratamiento del acné adulto, generalmente, involucra una combinación de cuidado de la piel adecuado. En algunas ocasiones se puede tratar desde la farmacia sin necesidad de acudir a una consulta médica. No obstante, en algunos casos, se necesitan medicamentos recetados por un dermatólogo.
En condiciones normales los tratamientos incluyen la limpieza regular de la piel, el uso de productos específicos para el acné que contengan ingredientes como el ácido salicílico o el peróxido de benzoilo, la exfoliación suave, la hidratación adecuada y la protección solar. En casos más severos, se pueden recetar medicamentos tópicos o sistémicos, como retinoides, antibióticos o anticonceptivos hormonales, para controlar la inflamación y prevenir la formación de nuevas lesiones.
Acné adulto desde la farmacia
El tratamiento del acné adulto desde la farmacia se basa en una combinación de productos tópicos de venta libre y cuidado adecuado de la piel:
- Limpieza facial. Limpiadores para acné que contengan ingredientes como ácido salicílico o peróxido de benzoilo para eliminar el exceso de grasa y las células muertas.
- Tónicos y astringentes. Para equilibrar el pH de la piel y reducir la producción de sebo.
- Tratamientos tópicos. Los geles o cremas con peróxido de benzoilo o ácido salicílico son efectivos para deshacerse de los brotes.
- Exfoliación suave. Utiliza exfoliantes suaves para eliminar las células muertas de la piel y destapar los poros obstruidos.
- Hidratación adecuada. Aplica una crema hidratante ligera y no comedogénica después de la limpieza y el tratamiento tópico. Esto ayuda a mantener la piel equilibrada y evitar que se seque.
- Protección solar. Utiliza un protector solar oil-free y de amplio espectro con un FPS adecuado para proteger tu piel del sol y prevenir la inflamación y las manchas oscuras.
Recuerda que si estás lidiando con esta condición, es recomendable buscar la orientación de un dermatólogo o un farmacéutico, quienes podrán brindarte el tratamiento más adecuado para tu situación específica.